Finalidad y necesidades de
la evaluación
Dentro
del proceso administrativo se fija un objetivo el cual, idealmente debe ser
cuantificado, pues puede servir de norma, estándar o criterio. En una etapa
posterior se lleva a cabo el control; es decir, se aprecia la ejecución y se
compara con el estándar y, en caso necesario, se establecen las correcciones
necesarias.
Además
de servir de control. Las medidas o criterios de ejecución van a utilizarse
para conceder ascensos, premios, incentivos, etc., así como para diagnosticar
necesidades de capacitación y desarrollo; en otras palabras, para detectar los
mejores elementos y recompensarlos, por una parte y, por la otra, para conocer
las posibles áreas de oportunidad para cambiar hacia el mejoramiento continuo.
Si
la falta de cumplimiento del criterio se usa para reprimendas o sanciones, el
empleado puede perder tiempo buscando la forma de justificarse; puede preparar
largos informes al respecto a un lugar de prestar atención a problemas actuales
o futuros.
Las
medidas de desempeño inadecuadamente establecidas pueden dar lugar a fricciones dentro de la organización; por
ejemplo, en una fábrica se fijó un estándar muy alto para los obreros. Al no
alcanzarlo, el gerente adjudicado la
falla a una mala capacitación; este departamento afirmo su entrega a esta
función, pero que el departamento se selección no proporcionaba buenos
candidatos.
Cada
departamento perdió muchas horas recabando información para justificar sus
puntos de vista y su actuación, en vez de buscar los factores incidentes y las
posibles soluciones.
En
resumen las medidas de ejecución están establecidas con cuidado y no son
empleadas juiciosamente, pueden dar lugar a comportamientos que van en
contra del buen funcionamiento de la
organización. Todos los párrafos previos tienen por objeto prever el empleo
inadecuado de las técnicas tratadas en seguida.
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